A lo largo del tiempo, los seres humanos nos hemos encontrado en la búsqueda constante del elixir de la felicidad, poniéndola incluso como una de nuestras principales metas a alcanzar y al mismo tiempo, evitando que el sufrimiento nos alcance a nosotros.
Pero te has preguntado si ¿realmente existe algo que nos permita ser más felices? ¿habrá alguna fórmula que nos haga conseguir la felicidad? Pues déjame te digo que sí y en este artículo te compartiré algunos hábitos que incrementarán tu nivel de felicidad, así que no dejes de leer hasta el final.
Para poder alcanzar la felicidad, primero debemos conocerla y definirla; pero no es tan fácil ¿verdad? Porque ni siquiera es igual para mí, que para ti o para el resto de las personas. Esto es porque la felicidad es subjetiva y relativa, no existen requisitos universales para ser felices; así que dos personas no deben ser felices por las mismas cosas o ante las mismas situaciones.
De manera general podríamos decir que la felicidad es una sensación de placer y bienestar con nosotros mismos y con el mundo, es circunstancial y transitoria.
La felicidad es un sentimiento que está relacionado con 4 sustancias que segrega nuestro cerebro cuando experimentamos algo positivo para nuestra supervivencia; estas sustancias que conforman el elixir de la felicidad son: dopamina, endorfinas, oxitocina y serotonina.
Cada una de estas sustancias produce una sensación distinta:
· La dopamina nos genera alegría cuando nos encontramos con cosas o situaciones que satisfacen nuestras necesidades.
· Las endorfinas son unos potentes analgésicos que alivian el dolor y reducen el malestar.
· La oxitocina conocida como la hormona del amor, reduce la presión arterial y los niveles de cortisol; aumenta el umbral del dolor y reduce la ansiedad; además nos crea la sensación de sentirnos seguros con los demás, generando una vinculación afectiva.
· La serotonina es un neurotrasmisor que se encarga de regular nuestro estado de ánimo ante situaciones de tensión.
A lo largo de la historia, los seres humanos nos hemos encontrado en una búsqueda constante de la felicidad y evitando a toda costa la infelicidad. Pero ¿sabías que la infelicidad es igual de importante para nuestras vidas que la felicidad?
Resulta que, nuestro cerebro necesita las sustancias químicas de la infelicidad, pues son las que nos advierten de una amenaza potencial. Por ejemplo, cuando algo nos ha causado dolor o malestar, nuestro cerebro segrega cortisol, esta sustancia es la que nos motiva a hacer algo para lograr que el malestar se detenga o bien, nos ayuda a cambiar de rumbo para cumplir nuestras necesidades.
De igual manera, cuando vemos cosas relacionadas a un dolor o malestar del pasado, el cortisol comienza a fluir, haciéndonos actuar a tiempo para evitar el dolor. Estoy segura que la primera vez que te quemaste con una flama, te quedó claro que no debías tocarla y hasta la fecha evitarás cualquier quemadura posible; pues esto es gracias al aprendizaje que te ha dejado el cortisol en tu cuerpo, pues nos advierte de todo lo que precede al dolor.
¡Pues llegó el momento para conocer algunos hábitos que te ayudarán a incrementar tu felicidad, toma nota!
· Alimentos que contienen dopamina, la hormona del placer: habas, plátanos, tomates.
· Para la generación de endorfinas: chocolate amargo (en cantidades moderadas), fresa, uva, piña, naranja, espinaca y aunque no lo creas, el picante.
· Aunque la oxitocina no se encuentra en los alimentos, existen algunos que estimulan su producción como: las ciruelas, hierbabuena, jengibre, leche animal, perejil, romero y tomillo.
· Alimentos abundantes en triptófano que aumentan la obtención de serotonina: almendras, leche, lentejas, pollo, pavo, pescado azul, semillas de girasol, yema de huevo, soya.
· Además, existen alimentos ricos en magnesio considerados antidepresivos naturales como: nueces, legumbres, verduras y el germen de trigo.
¿Recuerdas que al principio te dije que la oxitocina era conocida como la hormona del amor?; pues bien, durante las relaciones sexuales satisfactorias se liberan altos niveles de oxitocina, generando placer e incrementando la complicidad, afecto y confianza con la pareja. Además, los niveles de esta hormona suelen ser más altos durante aquellas experiencias que requieren una vinculación emocional, generando mayor grado de intimidad y entendimiento.
Intenta probar o aprender cosas nuevas cada semana, esto te ayudará a mantener tus niveles de dopamina altos. Quizá en el caso de la pareja no sea tan factible ni saludable, pero en otras cosas o situaciones sí; como leer un nuevo libro, aprender un idioma o habilidad, viajar a un lugar desconocido para ti, ir a ese restaurante que acaban de abrir o planificar un nuevo proyecto.
Estás en casa esperando a tu pareja, quien ya se tardó en llegan más de lo habitual, así que te surge un mal presentimiento que deseas que desaparezca. Tu experiencia previa te ha hecho saber que comer golosinas te hace sentir bien, así que comienzas a comerlas porque eso te distrae del mal presentimiento; sabes que eso no resolverá el problema de fondo, pero te hace sentir mas seguro, porque lograste detener el cortisol.
Es cierto que, en el ejemplo anterior el cortisol llevó a una acción que redujo el malestar, pero no solucionó el problema, entonces no fue la mejor elección. Así que, cuando te sientas mal, busca otros rumbos que te permitan detener el cortisol y te hagan sentir mejor; pero evalúa si las consecuencias de esos métodos son adecuadas para ti y decide si a largo plazo te son útiles para sentirte mejor y dar una solución eficaz.
Bibliografía:
- Loretta Graziano Breuning (2017) LOS HÁBITOS DE UN CEREBRO FELIZ. España: Ediciones Obelisco.
- Carmen Sánchez Mora & María Emilia Beyer (abril 2001). Las endorfinas. ¿Cómo ves?, No. 29.